Nuestro presidente Aurelio asistió como representante de la Asociación de Antiguos Alumnos al Encuentro Poético del Antiguo Alumno, profesor y poeta Franciso Tarajano, donde presentó su último libro "Pila y Taya - Espigas y Espinas" y nos los firmó con una dedicatoria muy especial.
"El
poeta Franciso Tarajano, con sus venerables 89 años, se halla apostado
en el umbral de una heladería de la calle Tomás Morales, frente al
antiguo cine Capitol, donde a media mañana forma tertulia con un puñado
de amigos. Ahora está sentado a caballo de una silla, apoyado en el
respaldo, vuelto hacia la calle, mientras fuma que te fuma y saluda a
los transeúntes, vecinos del barrio y antiguos alumnos que siguieron sus
clases de gramática y literatura en el cercano instituto Pérez Galdós.
Es una imagen popular como los versos que ha construido a lo largo de
cinco décadas. Escribe todos los días desde la primera hora de la
mañana. y aunque desde hace unos años tuvo un bajón de salud, la lucidez
le ha vuelto a dar ínfulas para seguir creando imágenes y metáforas a
partir de los pequeños acontecimientos cotidianos que atrapa en el
entorno. Tarajano está aquí, con su tez aceitunada, como si la estancia
en Venezuela le hubiese dejado una pátina indeleble en su rostro. Sus
ojos brillosos sobresalen en su expresión, y en su voz grave nos
traslada el carraspeo de una estética de fumador de siglos. Tarajano, el
poeta, siempre ha sido fiel al compromiso social con sus ideas y sus
gentes. Es un hombre del Sur, de las llanuras del viento, donde la
esperanza del aparcero se dibujaba en el rostro rojo de la tomatera. La
tierra, la Isla es sí, es un solar sagrado que ha sido hollado de mil
maneras diferentes por especuladores y por los arrasadores sin alma de
una cultura ancestral. Ese es su discurso y esa es la base de su
simbolización. En Tarajano sigue existiendo la honda ternura de la
palabra convertida en imagen bella, elaborada a partir de un
acontecimiento familiar, de un paisaje de nopales, de la opresión de
muchos pueblos, de una guerra o de la injusticia social. Sentado en esta
silla, a ras de la calle, el poeta mira la soledad de los transeúntes y
la utopía, mezclada entre volutas de humo, que es el sueño de su lucha
liberadora."
José Antonio Luján (2013)
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